Localidad: Callao
País: Perú
Inicio: 06/06/2002
Finalización: 30/06/2003
En la zona portuaria de Callao, las misioneras han detectado una gran falta de escolarización y la deserción escolar en los niños y adolescentes. Varias son las causas que provocan este problema, pero la primera es de índole económico, seguida por la falta de conciencia y responsabilidad por parte de los padres. En las visitas realizadas por diversos barrios del sector y en las frecuentes salidas que se realizan, son muchos los niños y adolescentes que se ven por las calles trabajando como vendedores ambulantes, limpiando coches, cargando en mercados y plazas. La situación económica es caótica y, como siempre, los que viven con mayor crudeza esta situación son aquellas personas que han llegado a las grandes ciudades en busca de mejores posibilidades de vida. Pero se han encontrado que, al carecer de formación y preparación adecuada, es casi imposible poder encontrar un trabajo digno.
Realizar con los padres y estudiantes un trabajo de sensibilización. Lograr que culminen sus estudios al menos el 75%. Hacer posible que padres e hijos firmen un compromiso aceptando las exigencias de estar becados.
Se concedieron las becas, previo compromiso firmado por padres y alumnos. No se les entregó directamente el dinero, hubo una persona responsable del programa, quien tramitó e hizo un seguimiento a los alumnos y familias del compromiso firmado.
Localidad: Callao
País: Perú
Inicio: 01/09/2003
Finalización: 30/06/2004
Los asentamientos humanos o invasiones, nombre que se les da en otros Países de América Latina, se han visto incrementados desde la época del terrorismo. Lima se vio invadida por una gran cantidad de familias que vivían del campo o de la sierra. Fueron buscando seguridad para sus vidas, pero no encontraron oportunidad de un trabajo que les pudiera permitir tener una mejor calidad de vida. Ahí se quedaron y ahí están casi en las mismas condiciones de hace años. Ese es el caso del Asentamiento Humano Canadá.
La misionera G. Herranz, personalmente coordina el funcionamiento de este comedor, distribuyendo las tareas del mismo entre las propias madres de los niños que diariamente asisten a éste. Se turnan semanalmente 3 madres, una para cocinar y otras dos como pinches de cocina. A los padres de estos niños, también se les pide que colaboren económicamente pagando el gas y el jabón de lavar los platos (básicamente se les pide una pequeña colaboración para que tomen conciencia de que deben de colaborar junto a las personas que financian este comedor escolar).
Entre unos 30 o 40 niños en edad escolar, dependiendo del dinero que cada año se recibe para este proyecto, se les ofrece el almuerzo-comida de lunes a viernes realizado con limpieza, bien condimentado, responsablemente y con cariño.
Localidad: Callao
País: Perú
Inicio: 03/09/2004
Finalización: 30/06/2005
Los asentamientos humanos o invasiones, nombre que se les da en otros Países de América Latina, se han visto incrementados desde la época del terrorismo. Lima se vio invadida por una gran cantidad de familias que vivían del campo o de la sierra. Fueron buscando seguridad para sus vidas, pero no encontraron oportunidad de un trabajo que les pudiera permitir tener una mejor calidad de vida. Ahí se quedaron y ahí están casi en las mismas condiciones de hace años.
La misionera G. Herranz, personalmente coordina el funcionamiento de este comedor, distribuyendo las tareas del mismo entre las propias madres de los niños que diariamente asisten a éste. Se turnan semanalmente 3 madres, una para cocinar y otras dos como pinches de cocina. A los padres de estos niños, también se les pide que colaboren económicamente pagando el gas y el jabón de lavar los platos (básicamente se les pide una pequeña colaboración para que tomen conciencia de que deben de colaborar junto a las personas que financian este comedor escolar).
A unos aproximadamente 30 ó 40 niños en edad escolar, dependiendo del dinero que cada año se recibe para este proyecto, se les ofrece el almuerzo-comida de lunes a viernes, realizado con limpieza, bien condimentado, responsablemente y con cariño.
Localidad: Callao
País: Perú
Inicio: 03/09/2005
Finalización: 30/06/2006
Los asentamientos humanos o invasiones, nombre que se les da en otros Países de América Latina, se han visto incrementados desde la época del terrorismo. Lima se vio invadida por una gran cantidad de familias que vivían del campo o de la sierra. Fueron buscando seguridad para sus vidas, pero no encontraron oportunidad de un trabajo que les pudiera permitir tener una mejor calidad de vida. Ahí se quedaron y ahí están casi en las mismas condiciones de hace años.
La misionera G. Herranz, personalmente coordina el funcionamiento de este comedor, distribuyendo las tareas del mismo entre las propias madres de los niños que diariamente asisten a éste. Se turnan semanalmente 3 madres, una para cocinar y otras dos como pinches de cocina. A los padres de estos niños, también se les pide que colaboren económicamente pagando el gas y el jabón de lavar los platos (básicamente se les pide una pequeña colaboración para que tomen conciencia de que deben de colaborar junto a las personas que financian este comedor escolar).
A unos aproximadamente 30 ó 40 niños en edad escolar, dependiendo del dinero que cada año se recibe para este proyecto, se les ofrece el almuerzo-comida de lunes a viernes, realizado con limpieza, bien condimentado, responsablemente y con cariño.
Localidad: Callao
País: Perú
Inicio: 18/12/2006
Finalización: 30/10/2007
Los asentamientos humanos o invasiones, nombre que se les da en otros Países de América Latina, se han visto incrementados desde la época del terrorismo. Lima se vio invadida por una gran cantidad de familias que vivían del campo o de la sierra. Fueron buscando seguridad para sus vidas, pero no encontraron oportunidad de un trabajo que les pudiera permitir tener una mejor calidad de vida. Ahí se quedaron y ahí están casi en las mismas condiciones de hace años.
La misionera G. Herranz, personalmente coordina el funcionamiento de este comedor, distribuyendo las tareas del mismo entre las propias madres de los niños que diariamente asisten a éste. Se turnan semanalmente 3 madres, una para cocinar y otras dos como pinches de cocina. A los padres de estos niños, también se les pide que colaboren económicamente pagando el gas y el jabón de lavar los platos (básicamente se les pide una pequeña colaboración para que tomen conciencia de que deben de colaborar junto a las personas que financian este comedor escolar).
A unos aproximadamente 30 ó 40 niños en edad escolar, dependiendo del dinero que cada año se recibe para este proyecto, se les ofrece el almuerzo-comida de lunes a viernes, realizado con limpieza, bien condimentado, responsablemente y con cariño.